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Dónde comer cochinillo en Segovia

En varias ocasiones hemos descrito la riqueza gastronómica de Castilla y León. Hemos hablado del lechazo de Valladolid, los pinchos de Salamanca o las bodegas de calidad que yacen a lo largo de la Ribera del Duero. Pero si hay un manjar delicioso para los amantes de la carne, es el cochinillo asado. Y qué mejor que la capital segoviana para degustarlo. Hoy te contamos dónde comer cochinillo en Segovia.

 

El mejor cochinillo segoviano

Si quieres probar algunos de los mejores cochinillos segovianos sabrás que puedes ir al Mesón de Cándido, a las faldas del Acueducto, al reconocido Duque, o al José María. Se trata de los tres restaurantes más aclamados, en los que hay que reservar siempre y que ofrecen, además de calidad, todo un espectáculo-ritual de presentación del animal. Eso sí, hay que preparar el bolsillo ya que la comida no bajará de 50 euros por persona en función del vino y postre elegidos.

¿Merece la pena? Es algo muy subjetivo. Nosotros os contamos la oferta que existe para comer cochinillo en Segovia  y vosotros decidís. Lo cierto es que en esta ciudad es posible encontrar mucha calidad para todos los bolsillos, sin tener que caer en los típicos reclamos turísticos con una enorme pizarra en la calle que reza «Judiones y cochinillo, pan, vino y postre, 15 euros por persona».

 

Cochinillo en El Claustro de San Antonio

 

El Claustro de San Antonio, refugio gastronómico en Segovia

Hemos tenido la oportunidad de comer dos veces en El Claustro de San Antonio, un precioso hotel ubicado en pleno monasterio de San Antonio el Real, Monumento Nacional, de estilo hispano musulmán.

El hotel, además de situarse en un enclave privilegiado, un rincón de paz y naturaleza en pleno centro de Segovia, enmarca su restaurante en el maravilloso claustro, cuidadosamente decorado y que invita a disfrutar de una experiencia tranquila e increíblemente agradable.

 

El Claustro de San Antonio

El restaurante de El Claustro de San Antonio ofrece un menú de 25 euros que incluye hasta 12 primeros platos y 12 segundos, de verdura, legumbres, cremas, arroces, carne y pescado, de estilos tradicional y moderno. Nosotros hemos probado varios de ellos en las dos visitas que hemos realizado.

Por supuesto, probamos los judiones de la Granja con sus sacramentos, auténticos judiones cocinados con una cuidada cocción, un contundente plato que bien podría ser único. También probamos el cochinillo de Segovia asado al estilo tradicional. Cada ración es generosa y cuesta a veces terminarla. El sabor es único. Es complicado encontrar el punto exacto que permita disfrutar su original sabor sin perder ternura a la carne, pero aquí es de sobra conseguido. Ambos platos configuran una excelente elección.

 

Judiones de la Granja

Judiones de la Granja en El Claustro de San Antonio

Cochinillo El Claustro de San Antonio

El rissoto es otra de las opciones, bueno sin más. El milhojas de verdura del Carracillo y Mozzarella al Pesto es una auténtica maravilla. Con un sabor muy suave, ofrece una serie de verduras bien cortadas y cocinadas con una salsa exquisita. Y también probamos la crema de setas y la ensalada de salmón marinado, queso fresco y vinagreta de mostaza, dos buenas elecciones si no queremos terminar muy llenos y dejar el espacio que el cochinillo se merece. En ninguna ocasión probamos otras carnes o el pescado, pero podemos garantizar la calidad en cualquiera de los platos.

 

Milhojas de verdura

Ensalada de salmón marinado

El postre es un reclamo al paladar. Cualquiera de los que hemos degustando es perfecto para terminar una comida de 10. La tarta de queso 2.0 con frambuesas y speculoos es quizá nuestro favorito: servida al revés, con la galleta (oreo) por encima, después la tarta con una suave textura y por último la mermelada, todo ello en un precioso tarro acristalado. Y hay que destacar también el brownie de chocolate.

 

Tarta de queso

El Claustro de San Antonio es una opción perfecta para disfrutar del cochinillo segoviano sin dejarse la cartera y sin caer, al mismo tiempo, en los menús más turísticos. La comida tiene una altísima calidad, el enclave es maravilloso y la experiencia, por tanto, única.

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Marta

Periodista, viajera infinita, vallisoletana de origen y madrileña de adopción.

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