Killer Sobo fue uno de lo sitios que más de moda estaba antes del cierre #covid19. Hasta entonces, había sido imposible reservar mesa. Por mi cumpleaños pudimos cenar y hacer doblete gastronómico, ya que al mediodía había comido en Norte y Sur.
El local está situado en la zona de La Latina, muy cercano a la Plaza de la Paja, donde hemos pasado muchos domingos de aperitivo y terminando la tarde con los cócteles y tartas de Delic.
Killer Sobo, taberna japo-castiza
En nuestra primera visita nos dejamos aconsejar por un magnífico camarero, que nos propuso comenzar con la Oreja Brava. Se cocina a baja temperatura, terminándola en el wok con un base de curry rojo picantón. Un plato muy bueno y sorprendente la mezcla de la oreja de toda la vida con el fondo picante del curry.
El siguiente plato es una croqueta «a su manera» fuera de carta, que se preparó para el Día internacional de la Croqueta. En Killer Sobo, se llaman korokkes, haciendo honor al nombre japonés de esta elaboración. Los korokkes eran de morcilla y mango, acompañados de un curry de mango. Los sabores muy conseguidos y una ración generosa.
Empezamos con los platos más contundentes, también un fuera de carta, hamburguesa de costilla. Un pan brioche con costilla deshuesada con una textura muy suave y bastante sabor.
Acabamos nuestra visita con el Ramen Tonkatsu. Nos gusta mucho el ramen, lo hemos comido en muchos sitios. Este estaba bueno, pero si te apasionan, desde nuestro punto de vista, hay mejores opciones. Sólo hemos probado este fuera de carta, si bien aún nos quedan los de la carta.
La visita a Killer Sobo nos ha gustado mucho, es una propuesta bastante diferente a la oferta gastronómica que se encuentra en Madrid, mezclando dos cocinas con mucha tradición. Si te gusta lo nuevo y probar sabores que siempre has comido por separado, es una gran opción.
C/ Redondilla 7
Zona: Distrito Centro
Precio medio: 20€
Teléfono: Whatsapp / SMS 635092069
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