De pinchos por Valladolid
El pasado 10 de mayo nos escapamos a Valladolid, en apenas 2 horas de trayecto desde Madrid.
Nos alojamos en pleno centro de la capital castellano leonesa, en el hotel Mozart (calle Menéndez Pelayo, 7), que está a 5 min del triángulo Plaza España, Plaza de Zorrilla y Plaza Mayor. El mejor enclave que podíamos elegir por proximidad al casco histórico.
Un paseo por la capital del Pisuerga
Iniciamos nuestro recorrido en la Catedral Museo Catedralicio, que bordeamos y llegamos a la Plaza de la Universidad donde está la estatua de Miguel de Cervantes. Avanzamos hacia las ruinas de Santa María La Mayor, Santa María La Antigua y la Iglesia de las Agustinas. Cogemos calle Angustia para llegar a Casa Zorrilla y para observar la imponente fachada de la Iglesia de San Pablo.
Nos sorprende en la calle San Quirce encontrarnos con la plaza del Viejo Coso. Se aproxima la hora de comer, así que avanzamos hacia la zona de pinchos pasando por el Museo del Patio Herreriano.
Ruta de pinchos por Valladolid
Y como hemos venido a disfrutar de la gastronomía local vamos directos a Los Zagales, ganador en varias ocasiones del Concurso de Pinchos de Valladolid. Nos decantamos por dos de sus pinchos estrella: Obama en la Casa Blanca y El Tigretostón.
El primero, Obama en la Casa Blanca,es patata negra con huevo trufado a baja temperatura con cama de salsa de champiñones. La combinación de sabores de este pincho es simplemente espectacular, es el pincho que más nos gustó de nuestra escapada sin duda.
El segundo, El Tigretostón, es pan negro, tostón, morcilla, cebolla roja confitada y crema de queso: la combinación de la morcilla crujiente con el resto de ingredientes hace que tenga un sabor con un punto dulce al final, cada bocado se deshacía en la boca.
Luego nos pasamos por La Manduca en calle Correos, nos pedimos un pincho de morcilla con rulo de cabra y cebolla confitada, y un pincho de brie tostado con mermelada de frambuesa, estos pinchos son muy buenos en relación calidad /precio pues cada uno solamente cuesta 1 euro.
Croquetas en El Corcho
De ahí vamos a El Corcho en calle Correos 2, a comer las famosas croquetas que te hacen teletransportarte a la cocina de tu abuelas. Simplemente buenísimas.
Nos dirigimos a El Vino Tinto Joven en calle Campanas 1, donde probamos la especialidad de la casa: Cecina en rulo relleno de mermelada de tomate, aove y sésamo, una combinación inmejorable con la confitura de tomate , haciendo una mezcla de sabores muy particular.
Para rematar vamos a La Tasquita en calle Caridad 2 a probar su Tartar de solomillo con salsa de pimienta. Presentado como un bocatita , puedes pensar «¿esto es un tartar?». Es carne muy marcada en plancha pero pero por dentro muy crudo como nos gusta a nosotros, ¡que la vaca grite! Estaba presentado acompañado de una salsa de pimienta.
Para que hacer la digestión tal y como está dentro de los cánones del tripero, un gintonic es imprescindible, en este caso en la terraza del Café Largo Adiós junto a la Catedral de Valladolid.
Valladolid era una ciudad muy pendiente para una escapada gastronómica en nuestra agenda, sin duda volveremos para seguir disfrutando de su cocina , en este viaje no probamos el famoso Lechazo de Tierra y Sabor. Lo dejamos para otra ocasión 🙂